Las acusaciones en contra de Fernández fueron presentadas en Comodoro Py, donde él se negó a responder preguntas de las autoridades.

Este martes 4 de febrero, el exmandatario argentino Alberto Fernández negó haber ejercido violencia contra su expareja, Fabiola Yáñez, tras ser imputado por el juez Julián Ercolini y el fiscal Ramiro González por el delito de lesiones leves agravadas y lesiones graves, en un caso de violencia de género.

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Las acusaciones contra Fernández fueron presentadas en Comodoro Py, donde él se negó a responder preguntas tanto del magistrado como del fiscal, alegando que ambos carecen de ética.

«Usted no tiene aptitud moral, por lo tanto, no voy a contestar ni sus preguntas ni las del fiscal´´, declaró el exmandatario al juez.

De acuerdo con Fernández, las imágenes de Yáñez con un ojo morado son el resultado de un tratamiento estético realizado por la profesional Florencia Aguirre, quien le aplicó inyecciones en la zona afectada.

El exmandatario subrayó que no hay evidencia que respalde las acusaciones de su expareja, ya que ella no proporcionó su teléfono a las autoridades para que se llevara a cabo la pericia correspondiente, que podría haber determinado la autenticidad de las imágenes y su contexto temporal y espacial.

Este conflicto surgió a raíz de los mensajes que Yáñez envió a María Cantero, secretaria de Fernández, después que se filtrara una foto de su cumpleaños en Olivos, durante la pandemia, cuando las reuniones estaban prohibidas.

Esta situación llevó a que se alegara que Yáñez había sido violentada por Fernández. Sin embargo, hasta el momento, los testigos citados en la carta —quienes son amigas de la demandante y la ama de llaves— han declarado que nunca presenciaron signos de agresiones físicas ni escucharon comentarios que sugirieran algún tipo de violencia por parte del exmandatario.

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